lunes, 23 de marzo de 2009

Después de una crisis de llanto o en el medio de ella,
cuando sentía que no iba a parar, me llevaba un cuchillo al baño o a la cama y me
cortaba primero despacio hasta que me acostumbraba al dolor y después lascivamente
hasta que la sangre fluía libremente sin nada que la parase. Obviamente no lo hacía para
quitarme la vida, solo quería deshacerme del sentimiento que me agobiaba en el
momento: aquello podía ser angustia, tristeza, melancolía, odio desmedido por
él o por , o por estar respirando. Una vez que veía caer la sangre, una vez que
lo sentía, respiraba profundo, aliviada, y me ataba los brazos con papel higiénico que
pronto mutaba en color carmín...

1 comentario:

  1. Yo muchas veces lo hice.. no lo volvería a hacer pero admito que me sentía mucho mejor, el dolor se iba mucho mas rapido.. debe ser todo psicologico, porque el dolor ahora no se escapa por ningún lado y lo siento justo en el pecho. Me asfixia.

    Un beso piba(:

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